viernes, 9 de abril de 2010

Cinco Pequeños Desastres Nucleares

No todo el mundo puede presumir de que al buscar en Google fotos de un acelerador de partículas aparezca su cara. Es el caso de Anatoli Bugorski, investigador ruso del Instituto de Altas Energías de Protvino donde se encontraba trabajando en sincrotrón U-70, un acelerador de partículas Soviético. El 13 de Julio de 1978 Bugorski estaba comprobando un experimento cuando metió la cabeza en la parte del acelerador por la que haz de protones corría, absorbiendo entre 1000 y 2000 grays (un gray, unidad de medida de la dosis absorbida de radiaciones ionizantes, equivale a la absorción de un julio de energía ionizante por un kilogramo de material irradiado). El caso es que después de ver una luz "más brillante que un millar de soles" su cara se hinchó hasta hacerle irreconocible, y luego se le cayó la piel. Por aquella época se pensaba que 6 grays eran suficientes para matar a una persona, sin embargo Bugorski sobrevivió, terminó su dotorado, se casó y tuvo un hijo, aunque se quedó sordo de un oído, con medio rostro paralizado y sufre tinnitus y episodios epilépticos esporádicos.


A continuación tenemos a Louis Alexander Slotin, físico canadiense miembro del proyecto Manhattan donde adquirió práctica en el manejo de núcleos de uranio y plutonio para encontrar sus masas críticas. El 21 de Mayo de 1946 Slotin se encontraba manipulando con un destornillador dos semiesferas de berilio encajadas alrededor de un núcleo de plutonio de 6 kilos conocido como el "Núcleo del demonio". En un momento dado el destornillador resbaló desencadenando una fisión nuclear que volvió la habitación azul y en pocos segundos le metió 2100 rems en el cuerpo. Murió a los 10 días.



David Hahn alias el "Boy Scout Radioactivo" pasó su adolescencia trasteando en su sótano produciendo pequeñas explosiones y accidentes. Inspirado por la lectura del libro "The Golden Book of Chemistry Experiments", empezó una colección con el objeto de reunir muestras de TODOS los elementos de la tabla periódica de los elementos (todos, también los radiactivos). Hahn era un tío apañado, lo mismo sacaba americio de unos detectores de humo, que torio de unas linternas de camping, radio de unos relojes o tritio de unos visores. Luego en su casa purificaba estos materiales con ayuda de su mechero Bunsen. En su afán por reunir más y más elementos se hizo pasar por investigador mandando cartas plagadas de faltas de ortografía a universidades y laboratorios. Para terminar Hahn construyó un reactor tipo breeder que nunca llegó a alcanzar masa crítica pero con el que logró emitir radiactividad mil veces por encima de la de fondo. Finalmente el 1 de agosto de 2007 Hahn fue arrestado en Clinton, Michigan por robos relacionados con la desaparición de varios detectores de humo (nosotros sabemos por qué). En la foto de su arresto se puede apreciar algunos de los efectos que la exposición a los materiales que había ido reuniendo le había venido causando a última hora.






Aircraft 53-1876A has lost a device, over”: La tarde del 11 de Marzo de 1958 un B-47E de las fuerzas aéreas estadounidenses dejó caer accidentalmente la bomba atómica número de serie 53-1876A en los bosques de Mars Bluff, Carolina del Sur. Por diversos motivos el mecanismo de retención de la bomba falló a 5000 metros de altitud y el capitán Kulka accedió a la bahía de carga para enganchar de nuevo la bomba. Sin embargo la bahía era estrecha, la cabina estaba despresurizada, Kulka no sabía dónde se encontraba el mecanismo de seguridad dentro del complejo mecanismo. Tras doce minutos Kulka decidió, correctamente, que el mosquetón que buscaba debía estar en la parte superior de la bahía, ahí donde no podía ver por la curvatura de la bomba, saltó para alcanzarlo y enganchó la palanca de liberación de emergencia de la bomba. Afortunadamente los componentes atómicos de la bomba viajaban en la cabina, pero el explosivo convencional de la bomba dejó un crater de 10 metros de profundidad.


Y acabamos en España: por el Incidente de Palomares nos referimos al accidente ocurrido en la localidad almeriense de Palomares el 17 de enero de 1966 cuando las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos perdieron un avión cisterna, un bombardero estratégico y las armas nucleares que transportaba este último, además de dejarnos una serie de fotografías impagables de nuestra protohistoria. De las bombas, dos quedaron intactas, una en tierra y otra en el mar, y las otras dos cayeron cerca del pueblo explotando el detonante convencional lo que esparció unos 20 kilogramos de plutonio altamente radiactivo por los alrededores. La Armada de los Estados Unidos desplegó el mayor dispositivo de búsqueda submarina hasta la fecha, y tras 80 días de búsqueda la bomba caída en el mar fue localizada a 869 metros de profundidad y 5 millas de la costa gracias a la ayuda de Francisco Simó Orts, un pescador vecino de Águilas que observó el accidente mientras faenaba en el mar. A Orts desde entonces se le conoce como "Paco el de la bomba" y durante muchos años bastaba mandar una postal para "Paco el de la Bomba, Spain" para que le llegara.








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8 comentarios:

JOS dijo...

Mmm! El Dr.Slotin no será la historia real en la que se inspira el personaje Dr.Manhatan de los Watchmen!!??
Buen artículo, mola!

Wan Link Sniper dijo...

No sé, yo creo que más bien se inspiró en las historias de los ganadores de los prestigiosos Premios Darwin...

sbonete dijo...

+1 Amturing! Graaandeeee!

JOS dijo...

Jajaja...lo de esos premios tiene guasa...Te recomiendo la peli!. No es ninguna maravilla, pero reflexiona sobre el asunto de una manera...curiosa :-)

Wan Link Sniper dijo...

No tenía ni idea de esta película, me bajaré una versión de evaluación ;-P

David dijo...

Pero no sé... con cada una de estas historias te da para escribir una novela, o al menos un cuento corto... ¡son geniales! ¿Por qué no lo intentas?

Diego Córdova dijo...

Hoy descubrí este blog (excelente), me encantó la historia de "Paco el de la bomba".
Saludos !

Wan Link Sniper dijo...

¡Hola Diego! Este Paco fue muy popular por estas tierras hace unos años, ahora es posible que le suene a poca gente.

¡Gracias por venir!