En 1968 Thomas R. Kane de Stanford llevo a cabo una serie de experimentos para determinar si un astronauta podía imitar los graciles movimientos de un gato al caer. Para ello usó un trampolín, un gato, un trapecista vestido de astronauta, un fotógrafo y algunas matemáticas.
Desconozco a qué conclusiones llegaron.
Visto en Retronaut. Como siempre, gracias por venir. Si te gustó el post puedes apuntarte a través del correo electrónico o por medio del feed RSS (más información acerca del RSS). En la realización de este post no se ha maltratado ni matematizado ningún gato.
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