jueves, 26 de marzo de 2009

El triunfo de los nerds

Charles Simonyi es uno de mis héroes personales: programador informático, piloto de helicópteros, dueño de un megayate, astronauta... Simonyi es el padre de productos como Word y Excel, además de un visionario cuyo trabajo es precursor de las máquinas virtuales.

Simonyi (Budapest, Hungría, 1948) entró a trabajar a los 16 años como operador nocturno de un ordenador Ural II, un mainframe Sovietico. Pronto aprendió a programarlo, siendo su primer programa en código máquina un generador de cuadrados mágicos de tamaño arbitrario. A continuación aprendió a escribir compiladores, creó uno para un lenguaje tipo FORTRAN y lo vendió al gobierno húngaro. Tras hacer una demostración de su compilador a una delegación comercial danesa fué contratado por la A/S Regnecentralen en 1966, de donde saltó dos años más tarde a Estados Unidos. Estudió en Berkeley, California y pasó a trabajar a Xerox PARC.


Mira que hay sitios especiales (está claro que es la gente la que los hace especiales), pero desde luego el Xerox Palo Alto Research Center, un thinktank de Xerox Corporation, se lleva la palma por toda la magia que allí tuvo lugar. Allí, en los años 70 del pasado siglo, se inventaron la forma de usar los ordenadores tal como hoy la entendemos: las ventanas, los iconos, los mapas de bits, el ratón, el WYSIWYG (aunque no sepas lo que es, lo usas todo el rato :-), la red Ethernet, las impresoras láser, la autoedición, la programación orientada a objetos mediante el lenguaje Smalltalk... Todo ello cristalizó en la estación de trabajo Alto, para la que Simonyi desarrolló el Bravo, un proto-Word.


En 1981 Simonyi decide cambiar de aires y almuerza con Bob Metcalfe (ex-Xerox PARC, inventor de Ethernet, CEO fundador de 3Com) que le hace una lista de gente a la que debía ver. En el genial libro "Programadores en Acción" Simonyi cuenta que el número uno en la lista era Bill Gates y que no recordaba quíen era el número dos porque ya no pasó de ahí. Entre 1981 y 2002 estuvo al frente de la división de aplicaciones de Microsoft desde donde supervisó la creación de las aplicaciones Office. Allí desarrolló un sistema de denominación de identificadores (constantes, variables, nombres de funciones...) conocido como notación húngara.

Con una riqueza estimada en torno a los mil millones de dólares, Simonyi se convirtió en 2007 en el quinto turista espacial, y hoy mismo ha vuelto a viajar al espacio convitiéndose en el primer turista espacial en repetir viaje. Simonyi pasará las próximas dos semanas en la Estación Espacial Internacional.


El año pasado se casó con Lisa Persdotter, 32 años más joven y también millonaria.


Aquí su yate...


En fin... Nerds rule!!!

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1 comentario:

yolanda dijo...

¡Qué vida tan interesante y tan bien contada! El yate mola mucho. Enhorabuena al talento literario.